Mostrando entradas con la etiqueta Mediación y Resolución Conflictos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mediación y Resolución Conflictos. Mostrar todas las entradas

lunes, 10 de febrero de 2014

Mediadora, ¿profesión o forma de vida?

De profesión: "mediadora".

Me cuesta encuadrarlo como tal. Para mí, la mediación es una consecuencia más de un estilo de vida concreto, una filosofía que engloba más que una técnica o un conjunto de estrategias. Mediar requiere un convencimiento personal de lo que se está haciendo, una certeza absoluta de que acompañar a los mediados a descubrir las necesidades más prioritarias en un momento determinado es vital. Y para todo ello es considero preciso e imprescindible una profundización personal de mis propias necesidades.

trascender
 ¿Cómo acompañar a alguien en su descubrimiento si no me he ocupado de mi autoconocimiento de una forma profunda? No conozco manera. Evitar mi proyección personal en el mediado sólo puedo lograrlo conociendo los resquicios más enrevesados de mi interior. Y esto forma parte de un proceso continuado que se va transformando día a día. Bucear puntualmente en mi interior no basta, es algo que necesito hacer en todo momento convirtiendo esta práctica en mi forma de vida. Así puedo estar al lado de quien necesita indagar sobre sus sentimientos y prioridades para hacer lo que necesita y no otra cosa.

Imparcialidad y neutralidad. Si no tengo bien clara mi parte, es fácil embarrar el camino del otro. Imposible ser neutral y menos imparcial.

Objetividad. En esto tengo yo más dudas, porque soy un sujeto, no un objeto. Creo que objetivos 100% no podemos ser, pero sí puedo alcanzar un grado de objetividad elevado si soy capaz de separarme de lo puramente mental. Esta es una manera de verlo muy personal, cuando logro, por momentos cada vez más frecuentes, escaparme del intelecto, estar simplemente presente, empatizando de verdad, veo la diferencia de mi resultado. Es fascinante y no hay técnica para ello.

Podremos saber miles de estrategias, conocer herramientas que son fructíferas, sí que lo son, pero sólo la técnica no vale. Y para llegar a este estado de trascendencia de lo puramente mental, es preciso el trabajo personal.

Por eso me cuesta etiquetar la mediación como profesión, en mi caso personal, es mucho más que eso, es una consecuencia de una filosofía de vida de la que no me bajo.

Estoy un poco cansada de tantos y tantos comentarios sobre esta profesión, sobre la formación que es necesaria recibir, sobre todas las expectativas que se están depositando en esta "nueva" área de negocio. No, me temo que esto no va por ahí, siento decepcionar a todo aquel que considera que esta es una nueva vía de lucro.

Es algo más potente, se trata de una cultura de paz, de un empoderamiento constante, de un trabajo rotundo de autodescubrimiento,  de una asunción de responsabilidades personales a todos los niveles, de un comprenderse para comprender, de una limpieza diaria de nuestro canal personal para mantener abierta la red de canales con todo el que nos rodea.... Es algo realmente impresionante como para pretender encuadrarlo, limitarlo, regularlo, tratar de atascarlo o de orientarlo hacia donde no es su estado natural.
No comprendo el circo que se está montando en torno a esto, soy la primera que difundo esta cultura de paz, pero no estoy dispuesta a participar de este "boom" mediático que se está fraguando. Tampoco me apetece la crítica constante, desgasta mucho, sigo por mi caminito de difusión, a mi manera, esperando sembrar algo de lo que vivo a diario, algo que siento profundamente.

camino
Reflexiono en este momento de qué trenes apearme porque no me conducen a lo que necesito. Creo que seguiré por la vía que conozco, pacífica, sin hacer demasiado ruido, quizás, no sé bien aún, el sentimiento que tengo siempre me da la pista y me indica cuándo voy por donde quiero o no. Ahora toca depurar caminos y quedarme con el mío.



¿Profesión? No. Rotundamente no.

sábado, 18 de enero de 2014

Cuando el ego se inmiscuye en el conflcito

¿Puedes analizar y proponer vías de solución en situaciones divergentes cuando sientes que algo más allá que tú mismo domina el momento y no deja ver de forma nítida?

El ego… ese gran inquisidor e inevitable visitante en nuestras vidas.
olaPues no hay forma de librarse de él, y es que quizás no haya que hacerlo, ahí puede estar nuestro desgaste inadecuado. Inmersos en nuestras vidas, en procesos complicados que acechan nuestra paz y tranquilidad, aparece esa gran temida figura en forma de fantasma que amenaza con desbaratarlo todo. Luchamos en vano por enmascararlo, aniquilarlo, enterrarlo en lugares muy lejanos para no descubrirlo nunca más, pero es muy fuerte y no desaparece. Su rayo desmorona todo aquello que lo oculta, nada, no hay forma. Pues pasa, quédate, siéntate aquí, en este hueco y deja que te examine por completo.


¿Y si le integramos? Igual es mucho más fácil convivir con él si aceptamos eso que tanto nos incordia y seguimos firmes en nuestro objetivo más puro.

principito¿Quieres ganar? Yo te enseño a nivelar;
¿Prefieres imponer? Yo te muestro el argumento y la razón;
¿Vives para sobresalir? Ven y prueba la humildad;
¿Ríes con falsedad? Desnuda el miedo y reirás con el corazón;
¿Necesitas alimentarte de la imagen personal? Genial, no olvides que al otro lado estoy yo y cuando nadie mire ya, te estaré contemplando.

Entonces, ¿nos aliamos?

Ahora ya puedo situarme en el conflicto, puedo sentarme frente al otro y buscar una solución, trataré de reconocer su ego cuando quiera imponer, ahora le comprendo, ya sé cómo neutralizar y llegar a su inocencia.

¿Solucionamos?



jueves, 26 de diciembre de 2013

¿Y mediar en equipo?


Hablamos de mediación y de mediador y hacemos poca mención a la co-mediación. Yo, cada día más, confío en la visión de equipo para lograr resultados más satisfactorios y por eso quiero mencionar algunos aspectos básicos de esta figura.

Toda mediación requiere conocer varias disciplinas distintas. Es muy posible que el mediador sea capaz de dominarlas pero a veces se nos da la situación en la que no llegamos a tanto, hay materias que necesitamos consultar. Cuando el experto en dichas materias entra en juego, debe regirse por los mismos principios por los que se guía el mediador, pero no deja de ser un asesor. El co-mediador tiene otro cariz diferente, sí es un mediador y ambos comparten la función, trabajan en equipo.

equipo
¿Para qué trabajar en co-mediación? Varias razones pueden justificar esta fórmula, para apoyar a un mediador inexperto; para ofrecer equilibrio en caso de desigualdades de poder, en caso de desigualdad de género o de culturas;  para posibilitar más variedad de estrategias, técnicas y conocimientos, etc.

En realidad, trabajar en co-mediación aumenta la perspectiva y ofrece diferentes puntos de vista sobre una misma situación. Es cierto que mediar a veces puede resultar intelectualmente agotador, es precisa mucha concentración y el apoyo de otro compañero puede aliviar el efecto estresante de situaciones complejas. Podemos considerar la co-mediación como una supervisión informal que dota de calidad al proceso.
Ahora bien, es necesario que los mediados conozcan posibles desventajas del uso de esta figura, ya que puede incrementar costes, número de sesiones o duración de éstas, en ocasiones puede ocasionarse dificultad en el curso del proceso al existir competición entre profesionales.

Así pues, para que funcione el equipo es interesante que haya confianza mutua entre los mediadores, es importante poner en común algunos aspectos prácticos previamente, puede ser necesario un entrenamiento conjunto, determinar el grado de responsabilidad en el proceso (no es necesario que asuman la responsabilidad al 50% ni contribuyan de la misma forma).

Mediador y mediados, ¿os gusta esta fórmula?

Lo importante es buscar recursos para solucionar el conflicto.

jueves, 19 de diciembre de 2013

¿Enseñamos a nuestros hij@s a gestionar los conflictos?


¿Os sentís identificad@s?

Un día cualquiera al salir del colegio:

Niño: Mamá, Pablo me ha pegado un puñetazo esta mañana en el patio

Madre: Vaya, ¿qué ha pasado?

Niño: Que es tonto, yo no le hice nada

Madre: Bueno, hijo, no hagas caso y juega con otros niños

Se me ocurre esta conversación como una forma habitual de no mirar de frente un conflicto cualquiera. Otras respuestas que escucho (y alguna vez me he encontrado yo diciendo) de la madre/padre son: "Díselo a la profesora y que no te pegue más", o "¿y no le has pegado tú a él?", o "tienes que defenderte", o "tienes que hablar con él y arreglarlo, debéis ser amigos todos".

¿Se os ocurren más respuestas? ¿Qué responderíais vosotr@s?

Vamos a ver qué podemos hacer ante una situación así que se nos da tan cotidianamente. Muchas veces, las prisas o tener que prestar atención a otro hijo nos empuja a dar la espalda al conflicto que nos está relatando tratando de suavizarlo o de no darle importancia, pero, ¡ojo!, nuestro hijo nos lo cuenta, y es importante para él. Aprender a entender una disputa hoy puede darle herramientas para el enfrentamiento próximo.

¿Qué es lo que ha pasado? Normalmente cuando indagamos en el hecho en sí acabamos descubriendo que algo ocurrió previamente y motivó la agresión de Pablo. Nos parece obvio pero seguramente a nuestro hijo se le haya escapado ese detalle, no por intención de ocultar la realidad, sino porque la percibe desde su prisma.

La mamá indaga y su hijo le cuenta más: "Pues yo le destrocé su dibujo y él me pegó". Los niños, cuanto más pequeños, tienen una capacidad asombrosa de objetivar el hecho causante del conflicto. Aprendamos de ello porque a medida que crecemos, tendemos a cargar al hecho en sí de innumerables evaluaciones y juicios de valor que emborronan y nos desconectan de lo que sucede.
 
Ante la respuesta de nuestro hijo tenemos varias opciones, yo destaco estas 2:

- Dogmatizar lo que debe o no debe hacer ("no debes destrozar su dibujo").


- Entender qué le llevó a destrozar su dibujo.

 

10674984_s

Es tentador dogmatizar. Nosotros, los adultos, sabemos perfectamente que no hay que destrozar las cosas ajenas, ¿no? Pues debo decírselo.... ¿Y si indagamos un poquito más? Esto lleva tiempo y algo de paciencia pero merece la pena conocer qué es lo que motivó a nuestro hijo a destrozar algo de otra persona. Nos sorprenderá el descubrimiento... Prueba a entenderle.



Poco a poco llegamos a la raíz del asunto, podemos preguntarle por qué creyó que podía destrozar su dibujo, qué le hizo pensar que podía hacerlo sin que Pablo se enfadara y... ahí viene la motivación que casi casi se nos escapa: "Tiró su dibujo a la papelera y yo pensé que no lo quería más, así que lo recogí y decidí romperlo a cachitos para hacer nieve".
 
¡Vaya!, así que nuestro hijo ya sabía, sin dogmatizarle, que si Pablo hubiera querido conservar su dibujo, no lo habría destrozado. Pues es un gran chico, tiene sentido común, pensamos... Ellos nacen con un sentido de la justicia asombroso, dejemos que se expliquen. Antes de aleccionar, descubramos qué valor innato tienen ellos del asunto.

El motivo real del conflicto fue que nuestro hijo presupuso que Pablo no deseaba conservar su dibujo y ello le daba licencia para apropiarse de él, su razonamiento no nos parece descabellado, podemos comprender su actitud, pudo ser una interpretación o un diagnostico real. ¿Qué puede aprender de todo esto? A contrastar sus presuposiciones con Pab quería tirar su dibujo a la basura pero era demasiado para él ver cómo otro niño lo destrozaba, quizás, cambió de opinión al ver cómo se deshacía en pedacitos sin remedio alguno. Una sencilla pregunta pudo evitar el conflicto.

Está claro que ambos niños se mueven por necesidades diferentes, si les mostramos que cada cual tiene sus pretensiones podemos, con práctica, colocarles en el lugar del otro. En mi opinión nadie actúa agresivamente de forma caprichosa.

La próxima vez nuestro hijo sabrá que presuponer puede tener consecuencias indeseables y, ante la duda, preguntará a Pablo si le parece bien hacer nieve con su dibujo y... ¿por qué no? Quizás Pablo le ayude.

Por supuesto, para Pablo también sería ilustrativo conocer los argumentos de nuestro hijo.... ¿no crees?

El conflicto existe, no podemos dejar de mirarlo pero sí entenderlo.

Entenderse para quererse.

Paloma Moreno-G Franco
Mediadora Familiar, Formadora
Diplomada Gestalt, Abogada

@paloMGF
http://www.linkedin.com/pub/paloma-moreno-g-franco/11/b13/a82
https://www.facebook.com/paloma.morenogalvache

Te invito a visitar: 
mediaform.es/
planilandiablog.wordpress.com/