¿Puedes analizar y proponer vías de
solución en situaciones divergentes cuando sientes que algo más allá que
tú mismo domina el momento y no deja ver de forma nítida?
El ego… ese gran inquisidor e inevitable visitante en nuestras vidas.

¿Y si le integramos? Igual es mucho más
fácil convivir con él si aceptamos eso que tanto nos incordia y seguimos
firmes en nuestro objetivo más puro.
¿Prefieres imponer? Yo te muestro el argumento y la razón;
¿Vives para sobresalir? Ven y prueba la humildad;
¿Ríes con falsedad? Desnuda el miedo y reirás con el corazón;
¿Necesitas alimentarte de la imagen
personal? Genial, no olvides que al otro lado estoy yo y cuando nadie
mire ya, te estaré contemplando.
Entonces, ¿nos aliamos?
Ahora ya puedo situarme en el conflicto,
puedo sentarme frente al otro y buscar una solución, trataré de
reconocer su ego cuando quiera imponer, ahora le comprendo, ya sé cómo
neutralizar y llegar a su inocencia.
¿Solucionamos?
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