sábado, 30 de noviembre de 2013

Con confianza



 
Mediar es algo que llevamos haciendo desde que el hombre es hombre. De manera informal, cada día participamos en conflictos y nos encontramos argumentando nuestra postura, ayudando a otros a que se expliquen, escuchando versiones ajenas.

Si es un proceso natural, dejemos que ocurra con más asiduidad. No por formalizar procesos, legitimarlos o normativizarlos, se pierde ese matiz innato, sigue siendo una práctica inherente al ser humano.

Cierto es que estamos en un momento social en el que el entendimiento no es lo más predominante, las críticas y juicios se han convertido en un hábito, incluso televisivo, con este medio es complicado competir. Pero yo confío en las personas, en su esencia, y en esa pureza se encuentra la inocencia y las ganas de empatizar con el otro, de conectar emociones, porque en el fondo lo estamos deseando.

Considero que hay personas más capaces que otras de sacar lo mejor del ser humano en situaciones complejas, no debería ser necesario publicitarlo, ni venderlo, sería precioso que simplemente confiásemos en estas capacidades, llevan con nosotros siempre.

Pero hoy es necesaria la difusión de la figura. Y eso asusta a la opinión pública, muchas personas miran la profesión con desconfianza, como una novedad lucrativa. Animo al lector a reflexionar: cómo prefiero que mi conflicto se solucione, por medio de una decisión externa, impositiva y coercitiva o a través de pequeños acuerdos consensuados de todo aquello que me inquieta de verdad, yo decido lo que me parece importante y yo planteo vías de solución.

Profesionalizar el acto de mediar no es más que dedicarse de forma sistemática a ello, empleando herramientas de manera efectiva y práctica. Una buena formación es importante y también lo es poseer o desarrollar determinadas cualidades intuitivas.

Hacer lo que uno sabe hacer y ponerlo a disposición de los demás es positivo y tremendamente gratificante.

Confiemos en la mediación profesional como un cauce válido de entendimiento.

Recordemos que es voluntario, tanto iniciar un proceso como terminarlo. ¿Qué se puede perder? ¿Y ganar?

Paloma Moreno-G Franco
(linkedin groups Mediación UNED)

https://www.facebook.com/paloma.morenogalvache
es.linkedin.com/pub/paloma-moreno-g-franco/11/b13/a82/
https://twitter.com/paloMGF

(Fuente: planilandiablog)


2 comentarios:

  1. Paloma en contestación a tú pregunta, creo que desde un punto de vista muy personal, todos ganamos y en el ámbito de perder, campo que me gusta poco mencionar, estaría bien que perdiésemos el miedo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario Ricardo, no he tenido oportunidad de responderte antes. Perder el miedo, buena reflexión!!

      Eliminar