Hablamos de mediación y de
mediador y hacemos poca mención a la co-mediación. Yo, cada día más, confío en la
visión de equipo para lograr resultados más satisfactorios y por eso quiero
mencionar algunos aspectos básicos de esta figura.
Toda mediación requiere conocer
varias disciplinas distintas. Es muy posible que el mediador sea capaz de
dominarlas pero a veces se nos da la situación en la que no llegamos a tanto,
hay materias que necesitamos consultar. Cuando el experto en dichas materias
entra en juego, debe regirse por los mismos principios por los que se guía el
mediador, pero no deja de ser un asesor. El co-mediador tiene otro cariz
diferente, sí es un mediador y ambos comparten la función, trabajan en equipo.
¿Para qué trabajar en
co-mediación? Varias razones pueden justificar esta fórmula, para apoyar a un
mediador inexperto; para ofrecer equilibrio en caso de desigualdades de poder,
en caso de desigualdad de género o de culturas; para posibilitar más
variedad de estrategias, técnicas y conocimientos, etc.
En realidad, trabajar en co-mediación aumenta la perspectiva y ofrece diferentes puntos de vista sobre una misma situación. Es cierto que mediar a veces puede resultar intelectualmente agotador, es precisa mucha concentración y el apoyo de otro compañero puede aliviar el efecto estresante de situaciones complejas. Podemos considerar la co-mediación como una supervisión informal que dota de calidad al proceso.
Ahora bien, es necesario que
los mediados conozcan posibles desventajas del uso de esta figura, ya
que puede incrementar costes, número de sesiones o duración de éstas, en
ocasiones puede ocasionarse dificultad en el curso del proceso al existir
competición entre profesionales.
Así pues, para que funcione el equipo es interesante que haya confianza mutua entre los mediadores, es importante poner en común algunos aspectos prácticos previamente, puede ser necesario un entrenamiento conjunto, determinar el grado de responsabilidad en el proceso (no es necesario que asuman la responsabilidad al 50% ni contribuyan de la misma forma).
Así pues, para que funcione el equipo es interesante que haya confianza mutua entre los mediadores, es importante poner en común algunos aspectos prácticos previamente, puede ser necesario un entrenamiento conjunto, determinar el grado de responsabilidad en el proceso (no es necesario que asuman la responsabilidad al 50% ni contribuyan de la misma forma).
Mediador y mediados, ¿os gusta esta fórmula?
Lo importante es buscar recursos para solucionar el conflicto.